Wednesday, June 15, 2011

Cómo confrontar problemas al volante

El siguiente texto tiene como objeto explicar detalladamente distintas resoluciones a los problemas cotidianos y típicos que vive un conductor al volante. En cuanto a problemas, se refiere a embotellamientos, maniobras peligrosas o vivezas del otro conductor,  semáforos desincronizados, barreras de las vías ferroviarias, limpiavidrios, limosneros, comunistas, etc…

1.       El insulto: acción verbal destinada a herir, perjudicar o enojar psíquicamente a la persona a quien va dirigida. Dicha actividad implica, en primer lugar, inhalar fuertemente aire, preferiblemente por vía oral, y luego (aquí la parte difícil, ya que implica una doble acción simultánea) exhalar y articular palabras en voz lo suficientemente elevada como para asegurarse de que lo haya oído el sujeto en cuestión. La acción verbal deberá ser compuesta con palabras o argumentos perjuiciosos y probablemente verdaderos, que tendrán como tema central a su madre, hermana, abuela, hijos/as, rasgos físicos, raciales o religiosos, entre otros. El insulto dependerá, por ende, de la creatividad individual, la cual puede ser enriquecida intelectualmente a través de la lectura diaria de autores como Borges, Shakespeare, La Biblia, Cervantes, etc.
2.       El encierro: acción que se realiza con el vehículo mediante una habilidosa maniobra. Se debe ponerse a la par de la futura víctima y luego adelantársele realizando un leve y sutil giro de volante, cuyo fin será cerrarle paso. Esta tarea provocará un abrupto frenar de la persona damnificada y hasta un posible choque, aunque tal nivel de efectividad rara vez es alcanzada. Como frutilla del postre, podrá observar el enojo del sujeto que realizará bocinazos y molestos juegos de luces, que usted deberá retrucarle mediante señas groseras con su brazo y mano derecha, de modo tal que el mismo pueda observar.
3.       La incandescencia: acción de blanqueamiento enceguecedor, mediante las luces altas del auto. Dicho labor tiene como fin obnubilar la vista del conductor que tenemos enfrente o adelante. La eficiencia de este punto dependerá de la potencia de los faroles del vehículo.
4.       El bocinazo: efecto sonoro que se produce al presionar la bocina. Su fin puede ser tan diverso como divertido. Produce a segundos y a terceros (y a cuartos, si contamos a los comunistas como seres humanos) efectos ensordecedores, desconcentración, dolores de cabeza, aumento de presión arterial y riesgo cardíaco, etc. Se puede utilizar para evitar accidentes, realizar advertencias, saludos, comunicación código Morse (un solo bocinazo significa “Sí” y dos, “perdió Racing otra vez”). También se lo usa como modo descontracturante y armonizante, ya que permite liberar energía negativa ante situaciones frustrantes como la barrera baja de las vías del tren, el semáforo en rojo en un prolongado y exagerado lapso, sufrir hambre, sed, ganas de coger, otros.
Bueno, aquí concluimos, por el momento, con las instrucciones para el buen samaritano. No nos responsabilizamos en caso de que estas nobles enseñanzas causen, por su aplicación, algún tipo de daño (físico, moral, legal) al lector. Muchas gracias.


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