La Historia sobre ruedas

En este capítulo les presentaremos la historia del vehículo en un marco evolutivo. Este trabajo de gran pronta, se realizó gracias a la participación de profesionales intachables provenientes de distintas disciplinas, los cuales serán nombrados en otra oportunidad cuando este blog comience a dar dinero, lo prometo.

Todo comienza a partir de uno de los más grandes descubrimientos jamás realizados sobre el mundo de la prehistoria, el cual provocó el derrumbe de miles de teorías acerca del orígen del vehículo. Dicha hazaña fue concebida en el centro de África por un grupo paramilitar cuando estaba realizando una fosa para enterrar cadáveres de mujeres y niños provenientes de un campo de refugiados. El jefe de dicho grupo no hizo tardar en dar a conocer el hallazgo. Arqueólogos norteamericanos que oportunamente estaban en el lugar realizando tareas que no dieron a explicar, ejecutaron un arduo trabajo que consistió en la extracción de materiales, tierra, arena y cuerpos, hasta poder divisar, lo que parece ser, una carrocería hecha de piedra, madera y lianas. A partir de estudios realizados en el artefacto, se pudo dilucidar que fue creado por el Homo sapiens 9000 A.P. (Antes del Presente) en el Mesolítico. Pero admiten que este gran invento de la edad de piedra no habría tenido mucho éxito entre sus contemporáneos porque en aquel entonces  no se había creado la rueda que, según especialistas en autos, es un elemento esencial para su funcionamiento.

Siguiendo al malogrado vehículo anterior, le precede otro que fue evidenciado en la zona de Eurasia. Es un vehículo propiamente dicho, proveniente de la era del Neolítico, hace 4000 años A.P. .El aparato estaba formado por troncos de madera rojiza, dos rolletes macizos de piedra, un techo de cuero y hasta un espacio para poder llevar un dinosaurio de tamaño pequeño o mediano. La fuerza motriz estaba concentrada en los pies del conductor, quien debía utilizar con gran dolor y esfuerzo tanto para la aceleración como para el frenado.

El siguiente desarrollo es conocido por todos como el Carro Chino, cuyo origen se dio, como su nombre lo indica, en Taiwán en el quinto milenio antes de Cristo. Este vehículo consistía en un carro de madera con dos ruedas que podía transportar de 2 a 4 personas. El motor de fuerza era producido por un animal mamífero, salvaje pero adiestrable y algo dócil. Dicha criatura era y es popularmente denominada como “pobre”.  Este ente tomaba al carro por unas manijas y transportaba a la gente en una regular y constante velocidad la cual podía ser aumentada mediante latigazos para incentivarlo o arrojándole pequeños trozos de magro pan para darle algo más de inmerecida energía.

Luego del bien recordado carro chino le siguió el coche tirado por un animal mucho más superior al anterior en cuanto a fuerza, potencia, belleza e inteligencia. Aquí entra en escena el noble caballo, criatura que se ha convertido en pasión por muchos, ya que podía ser utilizado en relación al deporte, la  guerra  y el sexo zoofílico. La fuerza del caballo era apta para transportar varias personas o grandes cargas. Tal fue el impacto de este nuevo medio de transporte que implicó un antes y un después en la historia de la movilización humana marcando claramente en cualquier aspecto de la vida y cultura del hombre.

La importancia del caballo perdura en nuestros días, no sólo porque se lo siga utilizando, sino porque el concepto caballo se lo usa para medir la potencia de los motores de los autos como “caballos de fuerza”. Dicho automotor es el siguiente y último gran paso que ha hecho el hombre para el transporte. Aunque ha sido modificado a través del avance de la tecnología, la descripción y el concepto básico consiste en un carro de cuatro ruedas de caucho con aire en el interior y un elemento responsable del sentido y la existencia de dicho vehículo, el motor. Este gran invento fue realizado por el alemán Warnikhenthainserfürer Schnjktrairwirghulheirstrongernazi más conocido como Tato. El motor necesita de un combustible para su funcionamiento que arranca a partir del chispazo de una bujía. Este mecanismo tomó forma no sólo en autos, camionetas y camiones, sino también en aviones, barcos, tanques de guerra, cohetes, etc.

           

Este vehículo es responsable de las grandes alegrías y facilidades que nos ha dado, tales como la movilización a velocidades, tiempos y comodidades inimaginables; la regulación del control demográfica de la población humana, faunística y florística mediante sus cuantiosos accidentes “trágicos” de tránsito y la benévola “trágica” polución ambiental.

Gracias auto! gracias Warnikhenth… Tato! Gracias a Dios por darnos esta hermosa capacidad mental de invención propia del hombre para el hombre y para el fin trágico del hombre; explicaciones no le falta para tener una historia sobre ruedas como realmente se merece.