Señor lector:
Se ha hablado mucho últimamente sobre los combustibles alternativos como modo de reemplazo de nuestro querido y amado petróleo. Desde ya que hay intereses que intervienen y determinan dicho debate. Nosotros, como empresa líder del mercado de naftas, podemos asegurarles que, a partir de rigurosos estudios realizados por profesionales del campo ambiental, estos combustibles alternativos son la amenaza del futuro de nuestros hijos. El problema hace su aparición en el momento en que compañías multinacionales hicieron saber su interés en la realización de este perverso proyecto, el cual nosotros hemos combatido desde hace décadas. Ellos proponen la utilización de sustancias elementales para el planeta Tierra tales como el agua, material vegetal, luz solar, viento o electricidad. Estos combustibles los hemos nombrado como “elementos frágiles” porque son pertenecientes y utilizados por la Naturaleza. El agua la toma todos los seres vivientes existentes del planeta, los vegetales nos da oxígeno, la luz solar alimenta a dicha vegetación para la realización de la fotosíntesis, el viento nos refresca en los días de calor agobiante y la electricidad a duras penas alcanza para abastecer a nuestras propias y escasas demandas. De concretarse la explotación de los elementos frágiles, todo lo que hemos nombrado no podrá realizarse, el ciclo natural que mantiene el equilibrio de la Tierra se desintegrará provocando su trágico fin. Por el contrario, nosotros, como seres racionales y amantes de la humanidad, seguiremos explotando el petróleo, un combustible que no es requerido ni necesitado por nada ni nadie y se encuentra desechado en la profundidad de la superficie terrestre. Por eso, para proteger a nuestros seres queridos, continuaremos luchando sin importar cuánto lobby aplicamos a través de los medios de comunicación, cuántos países invadamos para extraer el siempre necesario recurso, o cuántas barreras éticas destruyamos, siempre y cuando nuestros hijos sigan viviendo sus felices vidas tal como las hemos vivido nosotros, nuestros padres y nuestros abuelos desde siempre.
Los saluda atenta y afectuosamente
Henry Schlenberg
CEO de Shell Company